miércoles, 23 de mayo de 2018

Cuando la muerte se transforma en vida por Nora Castillo


 Por  Jorge Zavaleta Alegre
 Nora  Castillo, dama nacida y criada al pie de la Cordillera Blanca  del Perú,  anticipándose a  la  criogenética, considera que los seres más queridos  pueden volver a la vida. Explica esa memoria  poética  al mantener infranqueable la armoniosa  relación familiar, entre pasado, presente y   futuro.

El prólogo  de Carol Rodríguez, destaca  las    vivencias de dolor  de Nora Castillo, causadas por  la pérdida precoz de su pequeña niña; la enfermedad y repentina  desaparición de su hijo Fernando tras tres décadas de cuidados intensivos; y la sorpresiva desaparición  su esposo Pepe.

Esta  secuencia  de  tragedias, que doblegan  a cualquier humano, en Nora Castillo permitió descubrir la solidaridad del ser humano. Una genuina vocación de servicio. Que  explica la internalización  en la  mente y en el corazón de los humanos, el  hermoso  concepto  de la  perpetuidad.

Esta filosofía está presente  desde la aparición  de la vida  y su constante innovación  o perpetuidad en las expresiones  culturales, que cantan pueblos  enteros, cuando cesa  una  guerra  y sepulta a  sus seres más cercanos como  consecuencia  de la  barbarie: muerte natural o por limitaciones  de la ciencia.

La historia testimonial que publica Nora  Castillo,  con  valentía, coraje  y ternura se convierte en una lección  de vida, de ayuda a otros padres de niños excepcionales.

“Soy un frágil capullo en flor que necesita de ustedes para poder vivir; o quizás, sea esa estrella fugaz que cayó del firmamento para mostrarles un mundo diferente y en otra dimensión”:

Me gustaría decirles también…Que sean mis ojos, si no puedo ver. Que sean mis oídos, si no puedo escuchar. Que sean mi voz, si no puedo hablar. Que me tomen de la mano para guiar mis pasos…
Yo desde lo más profundo de mi corazón y de mi ser, les diré: “Los amo profundamente y me siento inmensamente feliz por proporcionarme todo lo que necesito para existir; amor, comprensión y aceptación incondicional”.

Al escribir su segundo libro titulado «Cuando empecé a amarme». Señala que su propósito era hacer catarsis de la situación vivida por la pérdida de mi esposo, me alentaba el hecho de saber que esto me ayudaría

Voy dejando pasar el tiempo para encontrar la fuerza que me permita escribir lo vivido, para que afloren los sentimientos de dolor y permitirme, una vez más, «aceptar» esta etapa de duelo del ser amado y volver a ser yo misma, reencontrarme, sentir nuevamente esa paz interior que es parte de mi  felicidad y dejar que esas heridas cicatricen, lograr que ese ruiseñor que llevo dentro cante nuevamente, como dice el amigo Hegidio.

Encontrar el equilibrio emocional, imprescindible para vivir. El ser una persona positiva me ha ayudado a levantarme tantas veces como fueron necesarias; también el ser realista, ver las situaciones como son y en su real contexto.

 ¿Podrá ayudar su lectura a alguna persona que atraviesa por una situación similar?, se pregunta esta maestra de vocación:

“En uno de mis talleres he tenido la oportunidad de conocer a la comunicadora Cecilia Segura, quien me ayudó a abrir mi página en Facebook para llegar a un mayor público, con temas y conceptos como el respeto, la gratitud, la compasión, etc.

Si bien es cierto que al principio mi interés principal era difundir mi primer libro «Aprendí a vivir», este  segunda  entrega  desea  exponer  auto revelamientos, pensamientos. Tengo la impresión que los temas tratados son acogidos por un gran número de visitantes en mi página electrónica..

«Aprendí en este caminar a cuidar el equilibrio de mi paz interior, que me permite reflexionar en circunstancias aún difíciles». «Aprendí a disfrutar plenamente las cosas simples de la vida: una sonrisa, una mirada, un abrazo, un “te quiero”, una melodía, un paisaje; alimentarme de ellas y vivir en armonía».

«Aprendí a trasmitir aquello que pueda ayudar en momentos de desasosiego y sentirme feliz con el resultado». «Aprendí a cuidar mi salud física y mental; agradecer por cada año que voy acumulando dentro del paso del tiempo, que va dejando huella y aceptar que es un proceso natural de la vida».
«Aprendí a aceptar mis limitaciones y las situaciones que mi mente no alcanza a comprender». «Aprendí que cada día es una oportunidad para seguir aprendiendo lo que necesito». «Aprendí que construir tu felicidad es una tarea ardua y un compromiso con tu persona».

Cuando llegue el dolor lo aceptaré porque es parte de la vida misma. Abrazaré mis alegrías como preciados regalos que alimentan mi paz interior, afirma.

¿Por qué decidí poner a mi libro el título «Cuando empecé a amarme»?. Responde:  En esta lucha continua por él encuentro el significado total de la palabra «vida.

Nora Castillo ha internalizado  que la muerte, que el  dolor  cambia, da un viraje, deriva en generosidad y desprendimientos, no obstante el drama personal que la agobia, se transforma  en ayuda, en palabra y en guía certera para poder superar esas ausencias que tarde temprano, cualquiera de nosotros deberá enfrentar.

Carol Rodríguez, en el prólogo,  insiste que la  autora de  este  nuevo  testimonio  escrito, desnuda nuestro duelo para que sirva de aprendizaje a otros, puede que resulte una tarea más que difícil. No obstante, Nora Castillo, en la serenidad de este libro, «Cuando empecé a amarme», narra las vivencias que le sirvieron de punto de partida hacia una carrera de autoconocimiento, el cual, habiendo tenido que pasar por circunstancias duras y difíciles, fueron el acicate para revertir todo este dolor en una generosa transformación y crecimiento como ser humano.

Todos, en algún momento de nuestras vidas, habremos de enfrentar situaciones límite, donde las ausencias de quienes amamos se presentarán inexorablemente.

Las múltiples reflexiones de Nora Castillo como  un himno a la vida, podrían resumirse,  cuando  revela en sus  conversaciones o se lee su reciente  libro en el que detalla la carga emocional, el desasosiego, la tristeza pero a la vez brinda las pautas personales de un ser que pudo sobreponerse a esas tremendas pérdidas: deseo de cambiar y la búsqueda de las herramientas internas y externas para salir a flote para superar su dolor

El apoyo del entorno más cercano, fue  la base para poder empezar la reconciliación con la vida. Su apuesta por la vida es ayudar  a otros muchos padres de niños con habilidades especiales, y tantas otras acciones  que generaron espacios para que saliera adelante, fueron los elementos indiscutibles del camino de su reconciliación personal.

Jorge Zavaleta  Alegre
Director  de  Papeldearbol
Corresponsal  en  EEUU -   Perú
jorgez.1944@yahoo.es

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